24.3.10

dejenme asi



Dejenme este instante, este ahora, este segundo.

Dejenme esta pausa de tormenta, este renglón, este puente entre el deber y el ahora.

Dejenme esta respiracion tan mía.


Dejenme asi y les prometo que después les daré mi vida.

10.3.10

consumo luego existo


La cuestión no es sobre que hablan las personas -en última instancia cada uno es libre de hablar de lo que quiera- si no su grado de conciencia, de educación, al hacerlo.
Si estas en un colectivo no deberías hablar a un volumen que abarque tooooodo ese espacio público.
Nadie pretende juzgar tus palabras pero los demás tienen el derecho a no tener la obligación de escucharlas, retumbando en sus oídos.
Me pregunto si este nuevo fenómeno de "hago-lo-que-quierismo" porteño no tendrá que ver con la imposición de la prepotente e invisible ley del mercado.
El afán de consumo como primer afán. El derecho a gastar como ley suprema.
La persona que habla por celular en un colectivo -aunque sea a los gritos- pareciera estar protegida tácitamente por el mercado.
Esta consumiendo, gastando!, y nadie le puede prohibir hacerlo.
La persona que esta sentada, en silencio, no esta consumiendo.

¿No será entonces una sutil lucha entre los derechos del ciudadano-consumidor y los del simple ciudadano? ¿Una sutil lucha entre conectados y desconectados?
¿Y los que nada dicen, los que no alzan sus voces para defender el derecho social, el derecho público, frente al derecho -menor en este caso- del individuo,...en que estarán pensando?

¿No será que ellos también estarán esperando una llamada?

dos chicas

Dos chicas toman sol en el patio de un edificio.
Sus cuerpos hablan un idioma. Sus mentes otro.

para los que no paran de hablar a los gritos en los colectivos

escuchar algo desagradable es más hiriente que mirarlo, porque las orejas -es sabido- no tienen párpados

solo por hoy.

Solo por hoy,
bajaré al pueblo lánguido de la almohada y el colchón


solo por hoy,
sentiré el peso empapado en el medio del esternón


solo por hoy,
volveré a dejarme rescatar por la escritura,


sentiré las horas clavarse en el reverso de mi locura,
solo por hoy.


Solo por hoy, insistiré con este sueño vacío, en este dormir vestido, en este ciego sin motivo.


Solo por hoy, le tendré miedo al día, flores de agonía,
hasta que la noche me bese, como la luna al sol.

1.3.10

mismo planeta

no se si es que somos buenos tipos o solo nos queda vivir juntos en este planeta.

dos amigos

dos amigos de unos once años fumando a escondidas en una esquina del mundo.
Uno de ellos apura el cigarrillo y lo arroja a la calle como si quisiera hacer patito.
Juego y vicio chocandose como olas.
Me miran con cierta culpa que yo borro con un movimiento de mi cabeza y una semisonrisa.

gracias a las dos

Gracias a la vida, que nos da tanto, pero gracias a la muerte también!

Si no existiese, cual sería el último alivio?

Como podríamos vivir sin la dulce lógica del comienzo y final?

Docentes separadas con hijos.


Cinturas atrevidas, rellenas pero vivas.
Besos de madre, sexo de tarde.
Alguna permanente, divorcios, ex-ausentes y como fue que te dijo.

Eran docentes separadas con hijos. Docentes separadas con hijos.

Todas locas por Sabina, con Bucay en la cocina y soñando con actores, casí diez años menores.
Guiñandole al destino con pestañas postizas, alegres criaturas que no enfriaron la postura ni el deseo a pesar de dos hijos.

Eran docentes separadas con hijos. Docentes separadas con hijos.

Fumando un cigarrillo, la marca del anillo, el tiempo las espera, les quedan primaveras, pero saben, ya saben, que amar no es algo sencillo.

Eran docentes separadas con hijos. Docentes separadas con hijos.

historia adentro de otra historia

mujeres anfibias

pajaro y fuego

aire fresco, buenos aires!

Una bandada, un acordeón, una fila india de interminables chicos en rollers cruzando un domingo sin autos de enero por la avenida santa fé. En el bondi risas blancas, desprejuiciadas, anchas como la bandera norteamericana. Parecen los chicos malos de una peli high school clase B.
Hasta que llega una mujer de piel morena con su hija y le ceden el asiento.
"Uno esta bien" -dice la mujer. Pero dos de ellos, altos como roperos, ya se estan levantando.
Todos los demás? Quietos, los miran.

nikos, el chef griego


Nikos, mi padre griego, cocinaba el pulpo así:

Lo metía un rato en el lavarropas: plas,plum, plof...y a la olla después del ablande!!


                                                                                                                 by Paulita

el 60

(Se abre el telón en blanco y negro y una voz engalanada de locutor años cuarenta anuncia.) Rrrrrr...! Sale traqueteando, medio ladeado pero tan porteño...el sesentaaa...!

(Cincuenta años después...) En la espalda de sus asientos se descubren dedicatorias, puteadas a clubes y rimas al mejor estilo baño.
Un cartel anuncia: Los pasajeros de este micro están parcialmente subvencionados(¿?) por el estado nacional. Ah, si? Me miro y no siento nada.
Funcionan 3 de los 8 plafones de "la unidad", dándole a la misma un interesante velo crepuscular.
Los caños pelados -sin sujetamanos ni nada que se le parezca- mantienen esa suave película viscosa de cientos de manos que pasaron -antes? años a?- por ahí.
Las manos presentes parecen deslizarse mas que agarrarse. Y como hoy no esta, me lo imagino al vendedor ambulante.
Arrastrando la media elástica desde el primer asiento hasta casi el de cinco lugares, al fondo. Creatividad porteña para vender un par de medias. U otro repartiendo los humildes paquetitos de hilo, aguja y dedal.
O aquel manchando una manga falsa con la grasa del colectivo para después hacerla desaparecer con el quitamanchas marca "quitamanchas" (mi madre todavía los compra...pero donde?!!).
Muchas ventanas ya no las abre ni Magoya, ni Martin Karadagian. Algunas si abren, pero la resignación del pasaje las deja como están.
La única pena -lo que le da al 60 un toque de insoportable actualidad-es que acá también los pasajeros no paran, tampoco, de hablar por celular.
"Paradaaa..." 

casa tomada que pronto desaparece