30.5.10

Mancha


Algo cae en mi pantalón nuevo.

Se que es solo una mancha, al parecer pasajera, pero intuyo que si la sigo mirando nunca desaparecerá.

Miro para otro lado y pienso en otra cosa.

Apagón de buenos aires


En la noche del 23 de Octubre de 1942 se realizó en Buenos Aires un simulacro de oscurecimiento total, un ejercicio de prevención ante la remota posibilidad de que la capital fuese bombardeada por algún país en guerra.

("El arquitecto", como le decían a uno de los habitués de la hoy desaparecida confitería Saint Margaret, me decía que el Buenos Aires nocturno de hoy podría acercarse visualmente al de cincuenta o más años atrás modificando un detalle: el nivel lumínico de sus calles.
Ahora disfruto cuando de sopetón entro en una calle a oscuras por algún apagón, con esa tranquilidad antigua de vela)


Peón callejero mata alfil horizontal.


Un pibe, con un pie en la calzada y otro en el cordón de la vereda, pega un afiche en una caja de electricidad.

El tráfico urgente pasa junto a él en plena tarde de viernes en Perón y Rodriguez Peña.

En otra situación el pibe estaría vestido para matar.

Un portero lo merodea con la relajación de un guarda de estación. "¿Que estas pegando, muchacho?"- le espeta al pibe con su acento bonachón del interior. Como respuesta recibe un murmullo inclasificable y un brazo que sigue con su tarea al borde de la contravención.

El portero, llevado por su cadencia bondadosa, empieza a darle charla a esa figura que no responde o desconfía.

En la tácita escala de valores de nuestras calles porteñas pareciera ser que el que menos tiene es el que más puede.

sentencias callejeras


La ventaja de tener algún detalle -una botamanga que deja ver algo de piel, un cuello de camisa mal acomodado, una manchita de más-que se sale de la norma, es que existen muchos transeúntes que dejan de mirarnos. Mejor dicho, concentran su mirada en nuestro "error vestuárico". 

Anoche


Dejarse llevar, aromas de quince años,
la música es el aire y las canciones que vuelven
para sentir que nunca nos fuímos del todo.
La lluvia moja las películas que nos hacían soñar cayendo otra vez
y una chica son todas las chicas de veinte años. 
Contarse la vida en un café y escribir esa energía que nos envuelve ahora.

29.5.10

anonimo 2

queria contarte el otro dia entre a tu blog!! ye me emocione mucho, te juro, casi se me cae una lagrima cuando lei lo que escribiste de la pelicula de woody allen, es muy cierto eso...y me re llegaron todas tus palabras. todo. tenes una cosa tan especial!!! queria felicitarte porq todo lo que escribiste esta barbaro!!


te juro que me enganche y me quede como una hora leyendo

27.5.10

ropa liberadora de los prejuicios estético-morales.

dibujito

dieta benigna


Hoy me desperté con esta pregunta en la cabeza...¿será que el espíritu -ese entramado de memoria, leyes, emoción y lo que quieras agregarle -se agranda y se achica como dicen sucede con el estomago?

(Desde hoy me receto una dieta estricta. Nada de noticieros y más libros).

cero propaganda


En el sueño de anoche mi yo interactuaba con los personajes de un programa de música que ví de madrugada en televisión.

Lo bueno es que no había cortes.

sui generis



Perfume de urgencias,

líquido de minúsculas,

espuma y filosofía,

profunda soledad.

wake up late


¿Que tenías escondido hoy en el cajón del miedo?


  ¿Tal vez esa mañana tan positivista que no quisiste enfrentar esta vez?

26.5.10

anonimo 1



Ya no puedo fabricar recuerdos que luego quiera olvidar.



Todo sigue rodando, y no importa nada más.


Si mi mirada dijo eso, mi mirada no soy yo.


Tu abrelatas me hace bien…


Cuan cierto es eso del poder de las palabras,


fuerza creadora y transformadora,


lindo compartirlo con vos.


Hoy no puedo compartir mas.


Las quinientas noches las atravesé en un segundo,


No es eso, no, no.


Si dura veinticuatro horas o no, que mas da,


necesito mis quinientos días


míos solo míos


para que algún día


mi mirada sea yo


y el ocre de la vida


de lugar a una nueva primavera,


pero no me olvido, que el frío invierno


antes deberé curar.





24.5.10

Veo una pareja bajando por Bulnes con una bolsa del super. No es noche cerrada pero casi.

Me deteng Algo de ellos me atrae.

Es esa bolsa en medio de los dos. Su enorme peso.

Camino rápido y paso junto a ellos.

No se hablan. En ese instante, lo que más parecen compartir es el peso de esa bolsa.

Un péndulo que los une gravitalmente.

¿Por qué no habrán elegido repartir el peso -era más lógico- en dos bolsas?

Eligieron llevar el peso juntos y en silencio. Como se lleva un dolor, como dos deudos de alguna pena pasada o futura, venida o por volver.

¿Pena sin gloria? ¿O con la gloria humilde de la cotidianeidad, escrita con letras de sopas, arroces, latas de atún y vaya a saber uno más que?

la internacional situacionista y otros


Breton y el arte instantaneo

Las teorías artísticas vienen después del arte inconsciente

La internacional situacionalista

Arte con letras.

Une souris verte

Une souris verte
qui courait dans l´herbe,
jé l´attrape per la quelle,
je la montre a ces messieurs,
ces messieurs me disent,
trompez-la dans l´huile
trompez-la dans l´eau
ca fera un escargot
¡tout chaud!

ex


En una de sus películas, Woody Allen, cocinando, se enreda con unos langostinos vivos mientras su pareja de ese momento -la actriz Diane Keaton- ríe sin cesar. Ambos se toman en serio la relación.
Porque ambos ven ese algo invisible en el aire que los une. 

Unos meses después, por motivos que no recuerdo, la pareja se corta.

Woody y su personaje -casi el mismo- vuelven a esa misma cocina, a esa misma anécdota divertida con los langostinos.
En este caso con otra mujer. Una mujer que todos sentimos en el cine que no. Que no entiende, que no se ríe bien y que pregunta mucho porque.

Yo me pregunto si alguna vez la tuve a mi Diane enfrente. Si no me di cuenta. Si algo fue pero ya terminó. Si volveré a encontrar la risa correcta en mi contestador.

Quiero y no quiero privarme de nada cuando estoy con vos.



Quiero y no quiero privarme de nada cuando estoy con vos.


Quiero tomarme un café en tu vereda y responder a las viejas recetas que no.


Quiero conocer todas las canchas de la "B" y las palabras ajenas al idioma español.


Quiero ser el celador nocturno de los baches de tu vereda.


Amar el empapelado de los personajes de tus historias venidas a menos.


Quiero enseñarle matemáticas mal a los tontos de tus compañeros.


Arrancar el sostén del sistema y darselo a Bakunin de desayunador quiero.


Quiero hacer amigas a Pizarnik y Storni en el borde de un poema.


Vagar por El Rufían Melancólico y morir apuñalados en una afrenta los dos.


Quiero prender tu cigarrillo en mi gasolinera.


Quiero volver a Rosario, hacer parada en La Plata y tirarme a dormir la siesta en el colchón más usado de "la comu" que usted me contó.


Quiero pasear anónimo por la calle Corrientes junto al tul de tu piel y su rubor.


Bajarme el pen drive de tus ovarios mentales antes que me digas que no.


Quiero ver el mismo cielo que tenías hoy y pegarlo en el techo de mi habitación.


Quiero bajar las escaleras, asomarme a tu aireluz y gritarte: "No tengo creeeeeditooo, mi amiga de amooor!!"


Quiero invitarte a mi pulmón de manzana con forma de pera, sus locas del quinto, las chusmas del sexto y las mariposas de mi contestador.


Quiero entrar a gatas por la puerta del Lugones sin que nadie nos vea, mirar las pelis y reírnos de a dos.



Todo eso quiero y no quiero cuando estoy con vos.

22.5.10

¿Sabias que...?


Para la cultura judia algunos objetos, los más queridos, mantienen algo del alma de sus dueños.
Por eso, cuando se tropiezan con el mueble del abuelo, cuando sin querer golpean la venerada cama de la madre, le piden perdon.

(Hablando de madres, creo que la mia es judia en algunas cosas).

Más palabras.


Las palabras son las que conducen al alma. Ellas son la via para que esta se eleve o caiga al último escalón.

¿Pensaron un mundo sin palabras?


La palabra es la llave, la fuerza y la ley.

Puede ser un fuego que nos queme, un bálsamo que nos calme o una piedra que nos revele.

Con ellas intentamos abarcarlo todo, inventarlo todo de nuevo, nos preguntamos el porque,
el hacia donde y el último misterio también.

Vamos como barcos pero el mar es más de palabras que de agua salada.

Somos cuerpos, tendones, músculos y tiempo, pero ellas, las palabras, son las que finalmente
permanecen, las que deciden ese cuerpo, las que aquietan nuestro viento.

Ese objeto transparente y fino como una hoja de papel, pesa más que mil hombres, ama más que mil tanques, hiere más que mil hierros.

Porque a ellos los nombra, los olvida y los recuerda.

Y aunque alla cambiado el siglo y sus soportes -piedra, pantalla o tijera- ellas, las palabras, siguen siendo
lo que nos conmueve, lo que nos lleva, lo que nos elige, lo que nos eleva o lo que nos destruye.

El now del apocalipsis.


Ayer, hoy y mañana. Pensar este instante. Mirarlo sin interrupciones.
Desempañar el vidrio con dedos de intuiciones.

Sentarse en la última esquina del último almacén.
Pensar el parque cien años antes, mi abuelo a punto de nacer.
Las palomas siempre vanas y el estaño de la estatua fraguado recién.

Antes del calentamiento y del enfriamiento a la vez,
antes del último atasco y los carteles en vez de cielo.

Antes que siempre era domingo, cuando los pájaros cantaban como Gardel.

El nau del apocalipsis, lo que fue y lamentablemente será después.

¿Será la prisa sin sentido,
será la hipocresia del marketing social,
será la bragueta del guardaespaldas papal,
será la ausencia de poetas pobres,
será la abundancia de viajes y tarjetas,
será la basura muriendo bajo las autopistas,
serán las cuentas bancarias de los artistas,
serán los espacios y pibes muertos,
será el pánico de una bala perdida,
será el aire acondicionado de los cementerios y again?
¿Cual será la señal?

Hablamos, quizás, del último tren, de un viejo mundo preamplificado,
enterrado y vuelto a vender, de una opereta repetida hasta la sordidez.

Hablamos de un estreno con migas de pan en el suelo.

El nau del apocalipsis no sabemos cuando, no sabemos donde,
y ya no nos preguntamos ni porque.

La vida de veras.


Estrellas que alumbran, diganme ahora, si es cierto que a veces se van.

Como notas preciadas, ruidos de grillos, alternan con nuestras voces.

La gente que vive en (grandes)  graves ciudades se pierden de tal sinfonia.
Es por eso que ahora, es por eso que siempre, la vida de veras esta.

Esperandonos, siempre esperandonos.

Es armonia total, como algo que viene y va, la vida de veras, si querés llamala ya.

El sol amanece y la ciudad se despereza para empezar.
Un nuevo día más, tan solo un día más.

Fabrica la ciudad, soles y soledad, soles y soledad.

Una noche más, "...es extraña la ciudad",
luces y soledad, luces y soledad.

¿Donde irás? Estrella que alumbras,
¿donde irás?

piel de sol


Bajo un mismo sol, te encuentro,
a tu alrededor me siento, y presiento,
cada uno de tus movimientos.

Vos estabas tan descalza,
un rubor en tu espalda,
viejos consejos te daba la Vogue,
una brizna de pasto pegada era la moda mejor.

Quise llamarte, tus hombros pintarte,
quebrar la distancia entre tu ropa y la mía,
pero antes mi vacilación, antes siempre mi vacilación.

Un rubor tiñiendo tu espalda,
haciendome viejo esperando por vos,
por ese pasto que no crezca entre los dos,
por ese sol que te de el esplendor de antes.

Veo un cuadro en cada cuadra de tu espalda,
sería la frase que defina la canción.

Un cuadro en cada cuadro de tu espalda,
colgarme la frase y desenchufar el sol.


Sueño en blanco y negro que no quisiera volver a tener.


Casas y cosas, ruidos y autos,
alguna vez me lastime soñando,
pero hoy no.
Hoy me desperté soñando.

Una sensación que nada podía detener,
que nadie podía detener.

Ayer dormí y las casas que soñé se estaban quemando.
Casas y cosas, ruidos y autos.
Hoy me desperté con ruidos de antes,
con barro en los pies.

Así me levante, había gente a mi alrededor,
caras que no estaban cuando me acosté.

Esa chica en mi ventana, esa esquina que no se,
esa silla que no pesa, que no recuerdo o que no soñé.

Las casas y las cosas, el ruido de los autos,
la chica que no besé.
A veces despierto y lo que veo ya lo soñé.

Ese amor en mi ventana, durmiendo,
de que lado no lo se.

A veces estoy despierto y no se si soy o yo me soñe.




Cables que no llaman (Eramos Entel).

Hombre de la ciudad, no te preocupes nada,
tu sabiduría sabe que estás equivocado.

Querido hombre de la ciudad,
tus sueños de gente ya fueron soñados por alguien más.

Descansa tu cara sobre la almohada,
hay ruidos extraños bajo tu cama,
alguien quiere salir pero no dice nada.

Hasta que el cielo se vuelva a abrir, nadie nos llama.

Hombre de la ciudad, llaves de siglos que no abren nada.
Todo estaba ahí cuando nací, pero no dije nada.
No dije nada.

Hombre de la ciudad, ojos gastados que nadie ve,
no querés caer pero su cama te llama,
como la tierra al asfalto, como la sangre a granel.

Hombre de la ciudad, ¿no ves que las calles no llaman,
que los taxis no llaman, que las horas no llaman?

Y ella sentada, siempre, de espaldas a tu pared.

Hombre de la ciudad, hasta que el cielo se vuelva a abrir,
nadie nos llama.

hablando de lo que no tiene nombre.

La vida sucede en todos lados, no hay un camino mejor o un lugar predilecto para entenderla.

La vida es lo que uno hizo con lo que los demás hicieron de uno (Citaría al autor pero no me acuerdo quien es).

La poesía no se defiende. La poesía avanza.

Coherencia entre mi vida y mis palabras querría tener.

La vida es un juego hasta que Dios dice que no.

La vida de un ser humano, hasta la del más desconocido,
valía más que mi poema, mi cuadro o mi canción.
Por eso, tal vez, me perdi entre brazos y piernas.
Y no supé ser poeta ni llegué a ser pintor.

¿Y si tuvieras que elegir entre el mejor verso jamás escrito,
entre la canción que nos sopla Dios antes de volver a la vigilia,
si tuvieras que elegir entre el perfume del arte y tu vida?

Todo y nada.

El mundo inmenso: un grano de polvo en el espacio.

Toda la ciencia de los hombres: palabras.

Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras.

El fruto de tu constante meditación: nada

                                                                      Omar Khayyám.

vida, jazz y poesia

La poesia descansa en el fuero interno.
Hasta que no se enciende es una mecha mojada,
un músculo carente de uso y función.
La combinación de palabras es la chispa,
¿pero de donde viene esa explosión?
Como sucede con muchos inventos humanos,
la conectividad es lo que hace volar al avión
o estallar la bomba.
En este caso, el poeta se sienta y cocina,
se duerme pensando que es un santo y
se levanta con el entusiasmo de un científico.
El orden que podemos pedirle a la poesia
es como el orden que podemos pedirle
a una bolsa de plástico,
girando caprichosa en el viento.

Podologystic de tu estribillo.

Mirando las cosas tal como son,
sacando las fotos de hoy pero en contraluz,
extrañando aquella sonoridad de los tempranos noventa,
driblando miedos propios y ajenos,
"no es que alguien quiera herirte, no es algo con vos ni conmigo".

En el diario vivir como desbordan tus bolsillos sin fin, cómo los quiero
que se queden conmigo.
Estaba así, sin salir, enredado y perdido, entre sueños que ya no quiero
que duerman conmigo.

Buenos Aires parecía cansada de mi, temblores y acordes del ochenta y dos,
me arriesgo a quedarme aquí, sabes, con vos y ese sonido.

De tu boca a la mía quiero ir, como partir,
me arriesgo a quedarme aquí y quedar a las tres contigo.

Tu boca, mi noche y tu ombligo,
Buenos Aires, vos y yo,
los tres conmigo.

Tu centro me obliga a girar hacia vos,
de mi centro a tu ombligo,
mirando las cosas tal como son.

Arremolinado para decirlo después.

Aquella película que será vieja viaje que ibamos a hacer turistas de nuestra frivolaciudad un día para los dos o los tres o lo que vos quieras agregar y con quien quieras eso que si no se tiñe con la lejania de los sueños todo aquello que ibamos a hacer cuando lo haremos sino mañana hoy tenia que ser.

Malvinas y polenta.

Treinta, minutos dame treinta, versiones dame treinta, de amores quiero treinta, canciones debo treinta, Malvinas y polenta.

Treinta, de vida dame treinta, millones de tangentos, tan genios en potencia, Malvinas y polenta, Malvinas y polenta.

Treinta, de ispa dame treinta, mudanzas por ezeiza, de esquina, sucia y guerra, poetas vuelven treinta, y hippies unos treinta, ¿que más les queda por hacer?

Treinta, mil camas y zanjones, un gol y mil devaluaciones, dos tiros y cero revoluciones, perdimos ya las cuenta, ¿y la trucha a Dios quién le vió?

Treinta, versos más que treinta, metrallas y mentiras, países solo treinta, haciéndose la guerra, banderas como manchas, el blanco mantel planchado por la negra ley de la humana constitución.

Treinta, familias solo treinta, patricias de la vuelta, fama, forta y fundación, bat, treinta, secuestros solo a treinta, millones en las cuentas, afectivos hasta en la operación.

Treinta, estómagos de piedra, millones que no entran, la danza de los números, la en el locutor.
Treinta, aviones solo treinta, las lenguas de los Rolling, el balcón a your disposición.

Treinta, Malvinas y polenta, ya nadie bien recuerda, veinte años de afano y treinta minutos de guerra y rocanrol.

Treinta, trabucos solo a treinta, mamadas a tu disposición, treinta, los canas en la puerta, el jeep frenando junto al paredón.

Treinta, la vida solo a treinta, monedas solo treinta, y los andenes de la Sarmiento sueñan con la eterna tristeza de los durmientes de Constitución. Treinta, los pibes te revientan o tu vida les revienta o no.

Treinta, Malvinas y polenta, sexo, viagra y rocanrol!
Treinta, Malvinas y polenta, millones de argentinos frente a la luz violenta del televisor.

¿Alguien pensó que esto sería algo mejor?

Fuimos dos olas, ahora quiero ser mar.

Cada vez que abro el recuerdo,
ese frasco de aire dulce porque todo ya pasó,
esa vida me suena tan lenta..!
ese breve capítulo para viejos descontentos.

Estaba atrapado y contento en tu colchón,
como un gato que comprende todo con un centímetro de razón.
Tratando de matar el tiempo hasta que una sombra nos mató.

Una manta que venía de la nada, un mar partido que a los dos nos partió.
¿Quién podía saber que esa sería nuestra última noche de amor?

Y me quedé con todo lo que vi antes de verte a vos,
me quedé con el verso anterior, antes que tan solo fuéramos sexo.

Tenía que bajar, y como los japoneses, preferí dejarte durmiendo con tu verdad.
Eramos como dos ríos, uno volviendo y otro yendo a su mar.

"¿Por que no volves a lavar -te dije en mi recuerdo- las sabanas rasgadas que ya huelen a soledad?"

21.5.10

tocamdobia

No debería pero soy feliz en buenos aires.
Caminandola, viéndola pasar en colectivo, recordando confiterias -como Pipas, en Callao casi Las Heras o la clásica Saint Margaret de mi padre- que no están más. Panaderias que cambiaron de siglo o de dueño, pero no de olor.
Aunque si; todo cambia por acá. Llego a casa y un perro ha encontrado en la puerta un lugar fresco donde acomodarse. "Hola perrito..."- le digo haciendole un gesto de acariciarlo con la mano. Pero el perrito me malinterpreta y se va.
¿Hacia donde? ¿Sentirá que de algún modo es esta también su ciudad? A mi a veces me pasa que no y a veces que sí. Pero cuando surge la magia me quedo acá, me la quedo con toda su porquería.
Un hombre tan viejo como su sombra, una mucama de piel originaria paseando un hijo que no es, un mozo como de los de antes, atildado, cruzando la avenida con el pedido -"hola...eh...traeme un capuchino...ah, ¿y me traes esas galletitas del otro dia?"- que hoy viene con yapa.
Pasaron tantos por acá, tantas historias por estas mismas calles...
De refilón pispeo un pasillo largo, medio derruido y al fondo la luz de un patio abierto. Un hombre mayor sujeta algo que no llego a ver que es. Un conventillo en pleno Barrio Norte. Las coordenadas mezcladas, el espacio riéndose del tiempo y viceversa.
Solo falta que nos crucemos con el mismísimo Gardel o con el pequeño hombre cuyo trabajo era llevarle el bandoneón a Troilo.  
Y yo sigo. Soñando sin querer dejar de soñar. Personajes anónimos, divinos, con los que charlas las palabras justas en la casualidad de la panaderia de la esquina.
Salís con los sandwiches de miga bajo el brazo pensando: ¿y si él era Dios?
Detalles. El colectivero que "personaliza" su viaje, ya que no le dejan hacerlo con su "unidad", dejando subir al vendedor ambulante aunque ande por ahi una ley que lo prohiba, abriendo cada tanto la puerta de atras para que el bondi se ventile.
Y algo más que hoy no aparece y que será mañana.

Serán las palabras

No será la técnica ni su hija predilecta, la tecnología.

No serán las damas de blanco y su sonrojada sonrisa de información.

No serán los anuncios ni los pringosos push up de las cirujías.

No serán las canas que pintan los buenos políticos de hoy.

Nada de eso será.

Serán las palabras, amigos, las palabras que nos salven hoy.

Perfume de minúsculas.


¿Y si de repente nos diéramos cuenta que lo que creíamos era el mundo  solo era una idea?

Y que ni trepando cien barcos, ni abordando mil mujeres y sus veredas, que no, que nunca ibas a ser más que vos o cualquiera.

Hoy me dí cuenta bailando solo, sacándome la ruina de encima, montando y desmontando este pobre cine de feria que muestra mi cara cada día.

Que yo todavía era yo, que aquello que quise y sufrí, pelear como Flynn, la mueca de Dean, las letras de Bioy, la pinta de Sting, que todas las piernas y los pies, que todo aquello que descansa en la cama de otros, los besos que besan los ojos violetas de Liz y toda esa incertidumbre casera que disfrutan otros.
Que todo eso no sería mío hasta que lo escriba y a pesar que lo escriba.

Esa interminable serie de fotos donde es otro el que ríe, esas diapositivas de los años setenta en color sobre la alfombra gastada del siglo veinte.

La araña apagada y las paredes cartón pintado del living blanco del star system porteño, osos de peluche que hoy parecen cuentos de terror, barcos hundidos que ya no quieren zarpar, músculos dormidos sobre bocas agridulces selladas por el mar.

¿Y si todo eso fuese más que nosotros?

Hablo del canto del pájaro hasta morir, de lo que descorchamos y ahora es recuerdo, de todo lo que esta noche no esta durmiendo ni conmigo ni con vos. Hablo de lo que nada pesa aunque hagas castillos de tus senos en el aire, aunque cosquillees con tu pelo a la hija de la brisa.

¿Como podemos tomarnos todo de un solo trago, atragantarnos los dos con lo que tanto quisimos en silencio?

Hablo de lo que gime en la garganta de otro dueño, de la luz de los bares que no duermo, del amor desenfocado que mintió el buen actor que no fuimos, ¿como ser todo aquello?

"Vení, vamos a trepar a la cama más ancha del mundo, vamos a dormir sin sueño, vamos a lanzar la risa a volar como acróbatas de santa fé y pueyrredón"- me decías en el sueño donde si eras mía.

Vamos a olvidarnos de todo lo que no y a deslizarnos por un si eterno. Vamos a nadar como los perros, a subirnos en trenes de invierno, a tomar café con el padre que no fue, con el hijo que todos esperan.
Y que no sea el sol de oro, y que todo entre en un poema, y que pueda comprar una tarde de tu pelo.

Y dejemos de pagar cuentas de otros con billetes propios. Y pidamos aquello que sabe a inalcanzable. 

Y sino quedémonos con nosotros, si, con nosotros, que hasta hoy fuimos el sueño del mundo y el mundo fue un sueño para los dos.

                                                                                                  




El Caos era un Universo.


"Con el cuore endulzado no vas a poder cruzar esa arteria"- me dijo mi mitad más uno después de Reserva y adiós.


Pero yo me lancé igual, sintiendo el látigo húmedo y metálico de ochenta sombras y una luz amarillenta que me tropezó. Cuando todavía yo era yo y no este gigante con un río marrón a la derecha.

Aunque me iba gastando, claro esta, junto a los ochenta zapatos inquietos de funcionarios azules de lunes a viernes. Compañeros de charla y ascensor que los sábados sueñan con ellas, con las verdaderas ellas y esos culos prietos, la puta que los parió!


Y así iba yo, a contramano de laburantes porteños, ciegos testigos de esa sombra que asusta a la oscuridad cuando caen las luces del centro.

Y en algún lugar vos te preguntabas todavía: ¿donde se esconden los inventores de este desguace ciudadano, piadosa y cruel mentira que vemos con algo de pueblo en los ojos?

Esta ciudad, bendita y país, donde se negocia por la puerta de atrás y con el semáforo en amarillo. Historias venidas en camiones como barcos, plata negra del poco orgullo patrio que nos quedó.

¿Y a continuación? A continuación un cafetero ambulante, un hombre ausente de espuma, una esperanza enterrada en la uña desnuda. A continuación otra historia que vuelve a casa, esa casa que nunca vimos pero donde alguna vez alguien nació.

¿Y que más en la esquina del rico Luna Park? A cientos de kilómetros las vacas y acá las "faces" junto a las pieles tiznadas a las que le dijeron que no decenas de veces. Y el puerto para que las profesoras de blanco hablen de los barcos que bajaron y de los indios que nunca no.

Silenciosa y vieja estirpe, hacha y paciencia, lucha estética entre generaciones afrancesadas y otras doblegadas. Todo escrito en un grito callado que mantiene tensa la City y la teta de su alrededor.

¿Vale más tu historia que la historia pintada que firma el paredón? ¿La que entra en un cuartucho compartido de dos por dos?

Y nos quejamos, si, de la mentada Europa berreta, de la deuda y la duda que no cesa. Pero mientras seguimos acá, imantados, haciéndonos los perros sin correa en Corrientes y Rodriguez Peña.

Un acuario de piernas con facha de portero, con un ojo te "bicho" y con el otro desconfío, ¿y qué? Si primero estoy yo. Si al final te dejo pasar, individuo de tu mundo, daaale..! dejame saltar las reglas y no me jodas, corason.


Bitácoras del asfalto, barbas duras de camellos, plantas que nacen de terrazas como pelos de viejo. Hoy te quise escribir, todo, corason, buenos aires, reina patética en camiseta, escritora anónima de este corpiño abandonado, de esa telaraña extrañamente sensual.

A vos, viejo vendedor de ballenitas que ibas de Once a Constitución, soplandole versos a Bioy, ¿quién te conoce hoy? ¿quien puede decir que se morfó de parado todas las historias que sos y que quisiste ser?

Corner, fugazza y queso, ¡como me biblia esa nena chorreando junto al calefón! ¡como te pintaría entera, buenos aires, de un trazo abyecto hoy!

Y es que son años de grasa que perduran en los ojos de tus barrenderos, pacientes pescadores de cartón. Y es la irrespetuosa y cambalachera avenida de Mayo, cúpulas y reggaeton. ¿Cuando fuistes lo que eras si apenas venimos del barro y al barro voy?

Un cana, un chorro, un amigo o los dos. Cuerpos ausentes tomando mate, caderas sobre el patrullero y esa expresión en la cara de yo no fui y menos soy.

Y la patria sacando numero entre colas de gente que juntas apenas son. Y un cartel que pide pan y trabajo en una esquina que transpira humedad de última ilusión.

Y bondis que vienen de los ochenta, que saben de un fantasma porteño que, como daga, tocó mi corason.

Y veinte años asustado para nada. Y veinte años asustado para enamorarme hoy.


(Para mi hermano Antonio, que con afecto porteño y oros de río y café con leche, supo alimentar estos versos)


Tarde para ser dos.

Como dos jóvenes fantasmas, alejados de las prisas del hoy, vos y yo, gozando de los buenos aires que exhalan las esquinas de Humberto Primo y Defensa.

Embargados de una cierta emoción compartida, viciados de vueltas de café con leche con "baybiscuits", los ojos dorados de resplandeceres y exilios.

Mirando las veredas gastadas por un viejo sol, por una historia que sin querer pasó. Agradecidos adoquines del euro que vuelve y el aceite hirviendo que los corrió.

Viendo pasar como quien mira mirar, yeguas noruegas que harían revivir a Divito y sonrojar a las chicas que tan bien pintó.

Y farolas que titilan de ámbar el sueño de la argentina que nuestra abuela nos contó.

Y esa eternidad pasajera de la plaza de Dorrego, cinco y cinco en el elegante Antonio de reloj.

frases como piedras


Lo que nos rodea parece no tener fín.

Solo nos espera lo que ya nos conoce o lo que espera por conocernos.

"Yo quería vivir la vida con vos. O al menos lo que me queda de ella" - le decía mi mirada a tu deseo.

Las estaciones se llevan el mar, el perfume de las cosas y lo mejor que esta por venir. Hasta que solo las frases quedan.

Nuevos nombres para la misma humana condición.

Palabras gastadas como cuchillos en la carne ciega de emoción.


Vamos al lugar que vos más quieras, te dije cuando ya te ibas, pero no alcanzaste a decirme adios.


Y yo no.


 Llegar a la casa de mis padres y encontrarla en silencio.

 Entrar en el tiempo eterno.

 Como sentir una ausencia a futuro.

 Es tan fuerte la sensación, tan intensa, la de saber q todavía los tengo...

 El hecho de que estén vivos me pone feliz.

Afuera? Lo de siempre en la calle y en vos: los porteros, el bar del McQueen,

la verdulería de la esquina que permanece igual década tras década.

Inmutables personajes, vecinos supervivientes a decenas de

crisis, presidentes y corruptela.

Pienso en lo triste q va a quedar este mini-barrio

-Las Heras, Austria, Libertador y Lucena-

sin la corridita de mama para comprar los puchos en lo de Pocho

o el paso lento y pesado, como de un ex-boxeador,

de mi padre: el "Taxi!!", gritado por centésima vez.

Como hoy que me volví a enamorar de esta ciudad...

El Rosedal, el Planetario, el Malba.

Pensé q a esta ciudad solo le falta vivirla.

Escribiendo esto apareció papa en la puerta de la cocina: 

los ojos hinchados como un búho, como Mr.Magoo pero sin los anteojos.

 Me mostró sus dibujos.

 Luego me contó las técnicas para que nada se pierda en los

 conciertos. Como te lo ha contado a vos, por infinita vez también.

 Escuchaba su lenta y fuerte parsimonia y pensaba en un viejo marinero

 que ya no sale tan seguido al mar pero que todavía conoce sus redes.

 Cuando es cuestión de música

 parece que el tiempo no hubiese pasado para mi padre.

 Como si al hablar de ella se subiese a un caballo vigoroso,

 noble, un caballo para galopar eternamente  

 por partituras, cables, bafles, sudor y gente.

 Que bueno, Anto, que hayas elegido este mismo camino.