27.11.10

sueños derramados en terrazas aledañas al trocen.

Amanecer tarde, pasados los treinta, las agujas girando en torno a entuertos no resueltos tal vez. Teléfonos tristes que no suenan porque no se alcanza a desentumecer la tela de araña, a descolgar el tubo y decirte simplemente: ¿que haces...?
Porque algo pesa, algo tira, sogas elásticas mal sujetas que un día se desprenden y lanzan al sujeto veinte años antes y a la casa materna, viente años después.
Un nido desplumado, atemplado, que ya no guarda ni el tintineo de lo que ese niño podría llegar a ser.
El resorte suelto del botón del baño que era más pequeño de lo que crees. Un mecanismo que desaparece, que se desliza incomodo por las entrañas húmedas de la pared del inodoro. Y una mano ya grande que busca desesperadamente esconder la verdad o no se si entenderla o al menos tirar de la cadena y aparecer en una isla con los ojos de la primera vez. 
Pero un día que no es otro cualquiera, un primo lejano que toca la puerta, estómagos llenos y fundas vacías, monedas que giran, Florida y tal vez.
Y así pasan algunas tardes antes de cambiar de esquina, de sueño y de excusa a las seis y diez. Y una vieja baldosa donde se para una Smith peruana, argentina y francesa. Y los acordes que se embellecen y las miradas que se cruzan por primera vez. Y una pollera que se estira mas para agacharse, charlar con las fundas, las guitarras y el mail. Y el de la de ojos azabache, porotos de marilyn, brillo siciliano y acento francés. 
Y llega el sábado esperado, y justo mama quedó con la amiga de siempre y los potes de crema con el pico endurecido y las cartas de toda una vida sin responder.
Y el hijo que se va sin irse y la noche que aclara y las promesas pintadas en la remera de Miles elegida por enésima vez.
Y ya son las once, y nuestra marilyn barraquera apila cajones de cerveza y esperanzas también. 
Y llegan los vasos, y las voces, y los besos, y los acordes tibios y las caras criollas esculpidas desde la taimada niñez.
Y la noche esconde los detalles gastados, las figuras que no encajan, sota, seca y corpiño; aro, falso ancho y Luca not dead. Y años de crisis que no cambian cierta, en el fondo, candidez. 
Pero la Stella arremete, alguna poética que queda perturba la realidad de los presentes y el sexo atrás de las polleras. Y la terraza con velitas se convierte en dulce gallinero, alambre y tejido social, la cresta del gallo que nadie se quiere poner.
Ahí me fui y el sol que amanece.
E imagino a los comensales que quedan, a los que trajo el azar sin decirnos de donde y porque. Y a nuestra marilyn de parpados cansados, hoy dueña de la barraca, mañana espectadora del cotarro, como cada uno de los que a la vida nos vinimos a nacer.
Y cierta culpa que no se resuelve y los brazos del morocho elegido y dormir solo con él.
Y algún hueco de conciencia que dice: vamonos chicos, que el sol ya esta en lo alto y el maquillaje se fue. 
Y este cuento que termina cuando todo vuelva a empezar again.

21.11.10

haiku zapasho

El autor de la idea, creo, es un japonés que pensó tan amplio, tan redondo, tan planeta, que ya no importa demasiado su tierra de origen. la idea es una "bomba de semilla", un poroto grande que contiene diferentes tipos de semillas, que al ser plantadas por ejemplo en...buenos aires, toman el aire, la composición del suelo, el clima del lugar y nace lo que tiene que nacer. Aquello que es afín a ese lugar donde la bomba es enterrada para dar vida en forma de planta.
Con una amiga caminabamos por el bajo, por una de esas calles de pubs irlandeses hecha ultimamente peatonal. En un momento se detuvo, metió su mano en el bolso y saco algo que intuí pequeño porque no lo vi. Se acerco a un arbolito y su humilde cuadrado de tierra libre de cemento y plantó -después me contó- una de estas "bombas de semilla".

Hace poco estuvo en casa Diego, mi amigo jardinero, y me contó que esa pequeña plantita con dos orejones que no sabia de donde había salido era un zapallo. Después recorde que mi amiga ese día me regaló una bomba -la segunda planta mundial - que en su momento guardé y en otro momento olvidado por mi, planté en una maceta de este balcón que sabe poco de mi.
mas info: http://articultores.net/tiki-view_articles.php

primer mural

tomarse el colectivo sin saber bien dondes ni porques. bajarse y el perfume orillero en las veredas.
llegar, saludos cortos y los tachos a la vereda para pintar excusas para encontrarse.

14.11.10

lamento correntino


Lu Grana


basi Lea

Jose querido,


El otro dia mi primo me preguntó si no tenía miedo de que las ideas se acabaran. Yo le dije que no, las ideas no se acaban nunca, porque están ahí, en el aire, en todos lados flotando.
Lo que aparece y desaparece es el momento de uno conectado con las ideas, esas ráfagas...

anonimo Basilea

Como se dice acá:   
Schön !

Estaba pensando, si tenes todos tu escritos en word, me los podrias mandar. Me gustaria imprimirmelos y tener para leer en la mesa del living, un dia unos, otro dia otros, mostrarselos a la gente. Un libro itinerante que se llame así: Espuma y filosofia. qué te parece ?

Un abrazo

hombre pensando en plastilina


pensando en blanco y negro

mula atormentada



langostina

5.11.10

deseos y satelites

Todos tuvimos, al mismo tiempo, las mismas horas. Algunas las pasamos acostados, otras de pie, otras soñando, algunas besando.
Pero todos tuvimos las mismas horas.


Escribiendo, pintando, abajo o arriba del escenario, sobrios, tristes, adversos, cansados, mintiendonos tal vez.
Las mismas servilletas en distintas mesa donde escribir o pensar o dejar la birome en el borde y mirar al que tenemos en frente. 
Deseos parecidos que rebotan en satélites que no vemos y bajan en forma de canción, de cuadro, de objeto, de texto o de nada.


O se quedan allí, colgados, como esperando, hasta que alguien hace suya la canción y la vuelve a bajar.
Aquello de que como la música, nada nos pertenece.


Pero todo a la vez parece tan nuestro...viste? Como el agua de un río cercano que nuestras manos quisieran retener. Pero no. El agua vuelve inexorablemente a su intima y húmeda libertad.


¿Y nosotros? ¿Que hay de esas gotas de tiempo que nos toca vivir? Queremos tirarnos al río, volver a salir, mirar el cielo y bebernos el agua. Pero la corriente nos lleva y nos lleva.

Intimamente sabemos que hoy si pero mañana no.

chance

¿Quien te dio una oportunidad sincera, una chance elegante, una mirada desierta de intenciones, una mano sin juicio?


¿Quien te dio ese guiño divino para salvarte en una noche cualquiera?

otros mas

Ya llegan, ya están acá.
La misma linea azul que los trajo nos trajo aquella vez.


Centímetros cuadrados de piel y algo en ella que expresa su fresco presente y nuestro largo pasado.


No podemos evitar lo que ya vivimos. 


Podemos seguir yendo a bailar, el bondi sigue parando en Araoz y Santa Fé. Lo sé. 


Y con suerte todavía la noche nos guarde un lugar.


Pero el tiempo nos quiere y nos recuerda.
¿Bajas aca?

4.11.10

podia seguir pero algo me dijo: basta



Si, tengo que hacerlo, ahora, agotar el verbo y que vivir sea apenas cinco letras, tímidos tiznes negros en un universo enorme y sin sombra. 


¿Pero que digo, si solo tengo que escribir? Si solo con pensarte te estoy llamando, esa puerta que se abre en mi memoria y se parece a todas las puertas del mundo, a las mujeres que se sientan atrás, al perfume de los cines vacíos y de las peluquerías llenas.


Si solo tengo que razonar un minuto para darme cuenta que aunque quisiera, aunque quisieras, solo se puede volar a un lugar y en un avión a la vez y que donde te lleve, sera dejar el lugar donde estabas, la cama que conocías, el perro que te olisqueaba diciéndote: "si, sos vos, y solo por eso, te quiero".


Pero igual dudamos, a cada instante, de que no sea así, hoy, ahora. 


Que todos los autos y los besos y las series que pasamos mirando en alfombras gastadas de inconsciente felicidad, que todo lo que no escribió Borges en aquella biblioteca eterna, que todas las cartas que no recibimos de un amigo de afuera, que todo eso, solo por serlo, el todo no fuera.


Porque si no es así, ahora, con una mente que escucha e imagina una bocina de barco nocturno que no cesa -¡y eso que escribo desde córdoba y callao!-, si no es así, toda la baba de un caracol insistente que trepa, todas las campanadas que suenan, ¿no lo hacen a las mismas horas nocturnas de Oriente?


¿Y que mas te puedo contar? -le dice el tiempo al espacio, ese dios idiota que prefiere hacer la cola de las nueve de la mañana antes que pasar un poco de hambre tirado en la cama recordando mujeres y mejores esquinas.


Si, vos, me digo, pequeño tizón de carne, vanidoso punto de calor en la caldera universal del tiempo, a vos te hablo. Dale, salí de tu casa, o quedate, pero no creas que tocar una puerta no es tocar todas, que la bocina de un barco es la misma en todos los hemisferios,  que todos los libros caben abajo de tu cama, y lo mismo pasa con una mujer, con tu perro, con el kioskero de la esquina que te da el diario, que le da el diario al guardaespaldas de Madonna antes de salir a correr.


¿No sera que nos da miedo pensar que aquí, noche, cuarto, hotel, cama, bocina, perro, es bastante similar a New York, gran manzana, kiosko, newspaper, give me, dolar, dog, dueño?

¿que cambia si estando allá no podemos oler los jazmines de Colegiales, si estando acá no podemos tirarnos en el green del central park?


¿Cuando aprenderemos a vivirlo todo, solo esperando lo que nos brinde el tiempo?





aguafuerte robado al andar cotidiano

Los porteros-cien barrios
los perros buscando sus colas en otros
giros de cabezas a derecha e izquierda
indiferencia al trajín cotidiano que nos-les pasa por delante
mucamas y señoras de ayer en el ceda el paso, 
...me llamaste?
un viejo marinero español que nos mira como a tontos, como a tigres encerrados por algun tonto que ya olvidamos quien fue,
miranos, mirate, esas proas serias de la propiedad horizontal,
esa ansiedad barata de cordón y vereda,
ese algo que no cesa y esa vida que se entrega a lo que nunca llega.