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22.5.10
¿Pensaron un mundo sin palabras?
La palabra es la llave, la fuerza y la ley.
Puede ser un fuego que nos queme, un bálsamo que nos calme o una piedra que nos revele.
Con ellas intentamos abarcarlo todo, inventarlo todo de nuevo, nos preguntamos el porque,
el hacia donde y el último misterio también.
Vamos como barcos pero el mar es más de palabras que de agua salada.
Somos cuerpos, tendones, músculos y tiempo, pero ellas, las palabras, son las que finalmente
permanecen, las que deciden ese cuerpo, las que aquietan nuestro viento.
Ese objeto transparente y fino como una hoja de papel, pesa más que mil hombres, ama más que mil tanques, hiere más que mil hierros.
Porque a ellos los nombra, los olvida y los recuerda.
Y aunque alla cambiado el siglo y sus soportes -piedra, pantalla o tijera- ellas, las palabras, siguen siendo
lo que nos conmueve, lo que nos lleva, lo que nos elige, lo que nos eleva o lo que nos destruye.
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