21.5.10

Y yo no.


 Llegar a la casa de mis padres y encontrarla en silencio.

 Entrar en el tiempo eterno.

 Como sentir una ausencia a futuro.

 Es tan fuerte la sensación, tan intensa, la de saber q todavía los tengo...

 El hecho de que estén vivos me pone feliz.

Afuera? Lo de siempre en la calle y en vos: los porteros, el bar del McQueen,

la verdulería de la esquina que permanece igual década tras década.

Inmutables personajes, vecinos supervivientes a decenas de

crisis, presidentes y corruptela.

Pienso en lo triste q va a quedar este mini-barrio

-Las Heras, Austria, Libertador y Lucena-

sin la corridita de mama para comprar los puchos en lo de Pocho

o el paso lento y pesado, como de un ex-boxeador,

de mi padre: el "Taxi!!", gritado por centésima vez.

Como hoy que me volví a enamorar de esta ciudad...

El Rosedal, el Planetario, el Malba.

Pensé q a esta ciudad solo le falta vivirla.

Escribiendo esto apareció papa en la puerta de la cocina: 

los ojos hinchados como un búho, como Mr.Magoo pero sin los anteojos.

 Me mostró sus dibujos.

 Luego me contó las técnicas para que nada se pierda en los

 conciertos. Como te lo ha contado a vos, por infinita vez también.

 Escuchaba su lenta y fuerte parsimonia y pensaba en un viejo marinero

 que ya no sale tan seguido al mar pero que todavía conoce sus redes.

 Cuando es cuestión de música

 parece que el tiempo no hubiese pasado para mi padre.

 Como si al hablar de ella se subiese a un caballo vigoroso,

 noble, un caballo para galopar eternamente  

 por partituras, cables, bafles, sudor y gente.

 Que bueno, Anto, que hayas elegido este mismo camino.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

una vez mas es hermoso
todo lo que escribis
gracias por compartirlo
por compartir ese amor por Buenos Aires, por los relatos que me transportan a mi vida a mis días pasados en esta ciudad, y son un calco
me hiciste conmover hasta las lágrimas con este último ded octubre.
Conmovida como he quedado voy a aprovechar la soledad para hacerme un cocido y quedarme un rato mirando el día gris por el ventanal.
no se si llegarás a leer esto o todos los coments que dejé regados (mas alguno que no me animmé) Te voy leyendo cronológicamene, estoy devorando espuma y filosofía, es genial. Gracias!
SAn

Anónimo dijo...

de mayo quize decir

Anónimo dijo...

A esta ciudad solo le falta vivirla..