5.11.10

deseos y satelites

Todos tuvimos, al mismo tiempo, las mismas horas. Algunas las pasamos acostados, otras de pie, otras soñando, algunas besando.
Pero todos tuvimos las mismas horas.


Escribiendo, pintando, abajo o arriba del escenario, sobrios, tristes, adversos, cansados, mintiendonos tal vez.
Las mismas servilletas en distintas mesa donde escribir o pensar o dejar la birome en el borde y mirar al que tenemos en frente. 
Deseos parecidos que rebotan en satélites que no vemos y bajan en forma de canción, de cuadro, de objeto, de texto o de nada.


O se quedan allí, colgados, como esperando, hasta que alguien hace suya la canción y la vuelve a bajar.
Aquello de que como la música, nada nos pertenece.


Pero todo a la vez parece tan nuestro...viste? Como el agua de un río cercano que nuestras manos quisieran retener. Pero no. El agua vuelve inexorablemente a su intima y húmeda libertad.


¿Y nosotros? ¿Que hay de esas gotas de tiempo que nos toca vivir? Queremos tirarnos al río, volver a salir, mirar el cielo y bebernos el agua. Pero la corriente nos lleva y nos lleva.

Intimamente sabemos que hoy si pero mañana no.

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