1.2.11

solo una.



Una misma idea llevo a Colón, a los dueños de Laika, a la pelota que se comieron los ingleses en el 86. Solo una idea. Tal vez eso es lo que nos falta tener. Ser infinitamente valientes y quedarnos solo con una idea, aunque esa idea sea la de tocar todas las puertas y descubrir las mujeres que las aguardan. Tocar sus corazones, el pulmón de la manzana, el zaguán, el ala del sombrero sin la pinta de gardel, cualquier cosa que entre en ese laberinto que es la mente.
Poner una flor en cada esquina y esperar que crezca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ser infinitamente valiente tiene sus riesgos, lo digo por experiencia ... a veces las flores nunca crecen :/
de cualquier manera hay mas valientes de lo que creemos

Tu seguidora anónima
:P