4.8.11

indios y tanos

Un tano varado, un acordeón desubicado, un puerto de buenos aires que nació para empequeñecer a lo que lo rodea, a los demás.
Varias generaciones de ladrillos, de esperanzas, de presidentes, de fugas de helicópteros y de fugas de capital. Y un clima, el pulso de la city porteña, que preserva algo de esa ciudad de la furia. Algo en esa mirada que juzga, que arremete, que nos osculta con el iris al caminar.
Miradores y mirados. Pero todos diferentes. Los que pasan y los que se dedican a mirar a otros pasar.

Todos caminado algo ausentes, defendíendonos tal vez de esa hiriente mirada, de ese chirrido metálico que nos cerca.
Todos tratando de llegar rápido a casa, a un lugar seguro, a un bálsamo de este caos urbano que es hoy nuestra querida buenos aires.

Y en la otra vereda, hijos y nietos de hombres venidos del interior, de provincianos a su vez descendientes de los hoy llamados "pueblos originarios". Encargados de cuidar las propiedades de los que no tienen que luchar por su propiedad, por su tierra.
Sangre oscura de los que tuvieron mucha sangre y poca ley. Fogatas olvidadas por los que alguna vez fueron los reyes de estas tierras olvidadas, de estas pampas dejadas de la mano blanca del Señor.
Cuando esta pampa salvaje no era la ciudad gris de tramites blancos que es hoy.

En la otra vereda, acostados, pibes gorrita de naik y celular. Esperanzas de madres desesperanzadas que ni acarician esto que escribo, pero que tal vez preferirían, en vez de tener la ciudad de fondo, tener un rancho, una vaca muerta al costado, un par de indias para su aseo personal y sexual y esa pampa ancha para ser enteramente libres.




No hay comentarios: