24.10.10

Circunstancia (lo de siempre en la calle y en vos)

Imagino el sol se cayendo blanco y redondo por una calle del sur de buenos aires.

Mientras, camino juntos a los porteros del norte, los escucho girar una y otra vez sus pesados llaveros, sonajeros de su leve autoridad de vereda.

Y miro las novias, las humildes novias de descosidos felices. Y las chicas solas y atractivas caminando en una cuadra de Paris-London-Nueva York. ¿Nunca acá, nunca buenos aires?

La empleada de la pequeña tienda de zapatos lanza al aire el perfume de su cigarrillo, como desafiando a los minutos que le quedan por ser urbanamente libre.

Bolsas negras rebosantes, chicas juntandolas y farolas ornamentadas de un siglo que pasó antes de lo que hubiese querido.

Buenos aires, otra tarde que se cae.

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