Imagino el sol se cayendo blanco y redondo por una calle del sur de buenos aires.
Mientras, camino juntos a los porteros del norte, los escucho girar una y otra vez sus pesados llaveros, sonajeros de su leve autoridad de vereda.
Y miro las novias, las humildes novias de descosidos felices. Y las chicas solas y atractivas caminando en una cuadra de Paris-London-Nueva York. ¿Nunca acá, nunca buenos aires?
La empleada de la pequeña tienda de zapatos lanza al aire el perfume de su cigarrillo, como desafiando a los minutos que le quedan por ser urbanamente libre.
Bolsas negras rebosantes, chicas juntandolas y farolas ornamentadas de un siglo que pasó antes de lo que hubiese querido.
Buenos aires, otra tarde que se cae.
Archivo del blog
- noviembre 2009 (1)
- enero 2010 (5)
- febrero 2010 (4)
- marzo 2010 (16)
- abril 2010 (1)
- mayo 2010 (39)
- octubre 2010 (7)
- noviembre 2010 (18)
- enero 2011 (3)
- febrero 2011 (5)
- abril 2011 (1)
- mayo 2011 (1)
- julio 2011 (1)
- agosto 2011 (2)
- septiembre 2011 (3)
- noviembre 2011 (1)
- diciembre 2011 (14)
- enero 2012 (4)
- marzo 2012 (5)
- abril 2012 (1)
- junio 2012 (1)
- julio 2012 (4)
- agosto 2012 (1)
- septiembre 2012 (2)
- diciembre 2012 (2)
- septiembre 2013 (1)
- octubre 2013 (5)
- octubre 2014 (2)
- febrero 2015 (2)
- marzo 2015 (26)
- abril 2015 (13)
- mayo 2015 (2)
- octubre 2015 (1)
- febrero 2016 (1)
- abril 2019 (2)
- agosto 2020 (2)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario