5.1.11

Aséptica y escéptica (para la agrandada tribuna fémina)



Como olvidados paraguas que no sabemos donde poner cuando el sol vuelve a salir, no supe que decirte o si seguir hablandote.



Reías con risas de fondo y perfume francés para carencias interiores.




Mis caricias tenían la fecha vencida, deberes de hombre que cumplieron su papel.


Pero tranquila, esta noche puedo jugar a que el mundo gira al son de mi jazz, de la cama donde escribo y de esta inesperada y dulce soledad.


Ojos vacunos nos miran pasar, una chica en cada esquina, esa vida en dos piernas que no viviremos porque el bendito tiempo no da. 


Por eso te digo que si. 


Que si a la tácita idea de que habrá algo mejor afuera, alguien caminando por la misma vereda, un rostro mejor combinado, con las uñas del destino mejor cortadas. 

Que si a tu libertad de receta, a la risa contagiosa de tus amigas, a los besos "hola-que-tal" en el cachete húmedo y anónimo.
Que si a las fiestas llenas de esquinas vacías, de pelos planchados esperando algo mejor o al menos algo: un trago gratis, una conquista, el polvo que viene atrás de la mezquina ilusión de sábado a la noche y lápiz labial.

Que si a la certezas posmodernas, menos amor y más Alplax, más instalaciones y menos mensaje. 

Que si a las madres que parieron tantas minas pseudo-intelectuales, ademas, ¿quien te puede asegurada la felicidad hoy en día, no?

Que sigas los tácitos consejos, mejor que un chico lindo uno que trabaje mucho, que diga a todo que si, que piense poco y se desvista o oscuras. Que saque a pasear tus tetas todos los viernes y te apague la compu a la noche si te la dejaste prendida. 

Por eso te digo que si, que sigas nomas el bondi inconsciente de la agrandada tribuna femenina actual. Que te afilies definitiva y orgullosamente al tren del futuro, ese lugar aséptico y escéptico donde nada ni nadie quedará para la desafilada nostalgia. 

Allá habrá pastillas para no sufrir más de amor y cabinas para coger a máquina. 

Allá quemarán en la última hoguera los restos del neceser de tu princesa interior y te olvidarás de príncipes azules para siempre jamas. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El riesgo es tuyo...

Anónimo dijo...

chau tren!
tranqui princesita, que, no sé en qué caminos se habrá perdido o si alguna vez encontrará el camino el príncipe azúl, pero existir seguro existe :)