Cien gramos de vacuidad.

El universo juega a tu favor, ¿pero no ves que el alcohol mancha ya tu camisa?
Esa gente que sale de algún lado, que cae, pero que no sabes si los lunes trabajan o existen.
Confías en tu suite mental pero a veces te tiene tan atrapada que te abrazas al cielo de su piel y seguís transpirando sola. O solo.
Te parece cool vivir en la city, dudaste pero al final nunca te mudaste. Y cuando llega un domingo mas, tu mano te sirve la sal que endulza tu historia.
Pateaste antes de conocerlo al pibe que te sonrió por facebook. ¿No te acordás que las tetas solas no lloran?
Nunca suena el timbre de tu vieja escuela cuando amanece en cualquier fiesta charapa, cuando ese sol liviano descubre los cien gramos de vacuidad.
No te acordaste de la velocidad espesa con la que giran los satélites y los tenedores de los astronautas. Si pudieses entrar en ese mood tal vez bajaría tu nivel de ansiedad.
Los cuadros colgados tendrían que tener el olor del vino tinto, ese que otro te sirve. Junto a vos, diciendo presente, el lugar común del amor llamado hombre.
Para terminar, la leve ilusión de encontrar una conquista, alguien que antes de que el calcio de los dientes se nos caiga a todos diga "si".