12.3.15

la Polenta del Principe

Hay seres que vienen, musicalizan parte de nuestra vida y se van.
Si uno lo viese al Príncipe sin audio, apenas gesticulando, podría parecer un hombre a punto de ser un clochard, un simpático vagabundo.
Pero no. Escuchamos su música, su voz aguardentosa, de marinero de río mezclado con mar. Su risa franca que no esconde su boca de boca de buzón destemplado.
El Príncipe despierta en mi una sana, creo, envidia. El, solo, con su música en la PC, sus cigarrillos, su cama, su alegría porque si, es capitán y grumete de su barco.
La poesía musical, la bohemia, juega con colores cercanos, cotidianos. Se mezcla en sabor y el calor del queso -mucho- con la polenta y alimentarse ya pasa a ser un hecho mágico.
El Príncipe tiene algo de niño, de duende, retozando en su santuario de dos por dos.
Del Príncipe sería amigo por el tiempo que duran sus canciones y más, nos reiríamos de los dientes, de los que sobran y lo que falta, de todo aquello por lo cual el hombre de a pie no ríe, se preocupa, se tensa...
Al Príncipe lo invitaría a cenar a un bodegón del puerto viejo de Montevideo y de postre anécdotas, mandolín y buen humor.

(Aca abajo el link de Polenta)

https://www.youtube.com/watch?v=-VKp2E5SBbA&list=RDcVlBwhtnxpY&index=11



2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
jose Birabent dijo...

Que lastima..se borro el coment. Lo hice yo en un rapto erróneo. Decía..Que lindooo..gracias."
Gracias a ud. Que lleva bien la bandera del mensaje d su padre